De todos los viajes que he realizado por Europa, sin duda, mi tour por Francia merece un comentario especial, y en concreto, algunos de sus rincones que la hacen tan inolvidable.
Por comenzar por alguno, os recomiendo un viaje a París, y una vez allí, visita obligada a uno de sus edificios más emblemáticos, la Catedral de Notre Dame.
De estilo gótico, Notre Dame, se levanta y contempla la ciudad desde la isla de Cité, rodeada por el Sena. Fue construida entre 1163 y 1245, siendo una de las Catedrales góticas más antiguas del mundo.
Testigo directo de la Historia, ha vivido la coronación de Enrique VI de Inglaterra en 1431, la proclamación de Napoléon como Emperador en 1804; o la beatificación de Juana de Arco en 1909.
Visitar Notre Dame es caminar por la Historia de nuestro viejo continente, y disfrutar de todos los sentidos: una sensación de paz te embarga “escuchando” su silencio, y al mismo tiempo, un sentimiento de alegría al contemplar su magnificiencia.
Algunos tours y circuitos incluyen visitas a la Catedral, no obstante, puedes realizar visita guiada en español los sábados, y recomiendo visitar también sus torres de 69 metros de altura, y su campanario, donde vivió el Jorobado de Notre Dame y donde podrás contemplar de cerca sus gárgolas.
También merece la pena realizar un romántico paseo nocturno por sus alrededores, su vista es impresionante.
Y es que Europa está lleno de rincones donde uno quiere perderse por un tiempo, París, y en concreto Notre Dame es uno de ellos.
Que imagenes más preciosas de la Catedral de Notre Dame. Me entran las ganas de verla.